Erase una vez un niño llamado Gormiti al que sus hermanastras no le dejaban ir al circo, pero el niño insistía, insistía, hasta que lo dejaron ir.
Cuando Gormiti y las hermanastras llegaron al circo, había tres payasos actuando, y uno de ellos fue el que más le llamó la atención por que era muy bueno actuando.
Tras actuar los payasos, salieron a la arena tres tigres. Eran muy grandes y feroces.
De repente, uno de ellos se escapó y se fue hacia donde estaba Gormiti. Ante la vagancia de los domadores, Gormiti tuvo que enfrentarse solo al mayor y más peligroso de los tigres.
Estaba muy nervioso, y sin darse cuenta de lo que hacía se transformó en "El Señor de la Naturaleza. Se transformó en piedra y con una sola mano detuvo el ataque del tigre.
Después se transformó en viento y con un gran remolino llevó al tigre a su jaula.
Todo el mundo estaba muy asustado, pues nunca habían visto a un niño transformarse ni en viento ni en piedra y eso les daba miedo.
Los payasos cogieron a Gormiti y lo apresaron. Lo metieron en una jaula y lo cerraron con llave. A las personas siempre nos da miedo lo desconocido.
El payaso bueno se acercó a Gormiti, y lo liberó. Gormiti asustado comenzó a correr y correr...
Le perseguían policías, domadores, trapecistas...todo el circo. Estaban a punto de atraparlo cuando entró en un callejón sin salida.
Gormiti estaba asustado, iban a cogerlo, no sabía lo que le harían, cuando de repente...
¡Boom!, se cayó de la cama. Aunque parezca increible. Al final, todo había sido un sueño.
Y colorín colorado, San Juan Bautista, este cuento se ha acabado.
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